Sobre los discursos de equidad de género: límites del discurso y resistencias culturales

El tema a estudiar es el de los límites de los discursos de equidad de género. En nuestra sociedad encontramos la pervivencia generalizada de los roles tradicionales con respecto a la maternidad y la paternidad, la continuidad de las estructuras formativas de estos mismos roles, el rechazo de múltiples tipos de individuos frente a discursos y propuestas feministas. Partiendo de la observación de estos hechos, constatamos que existen resistencias a la recepción y a la puesta en práctica de muchos de los aspectos de los discursos que promueven la igualdad entre hombres y mujeres. Que tales resistencias se presenten por parte de los hombres resultaría evidente, dado que estas propuestas implican la pérdida de algunos de sus privilegios. Pero parecería más difícil de explicar el hecho de que se presenten resistencias a estos discursos por parte de las mujeres, que serían supuestamente beneficiarias de este proceso político. Sin embargo, es un hecho el que también muchas mujeres se oponen a una parte de las propuestas de este discurso.
En cuanto a la importancia del tema se refiere, tendría varios puntos a destacar:
• En primer término, la sociedad colombiana vive un proceso de transformación dentro del cual discursos modernizantes tratan de imponerse desde las instituciones sobre los discursos tradicionales (y las formas de vida asociadas a ellos) que se resisten al cambio. Este tipo de resistencia suele presentarse ante las políticas que nacen de la oferta gubernamental pero que no han sido con anterioridad socialmente concertadas. El tema de la igualdad de género es uno de los asuntos que responden a esta lógica de oposición, y resulta por lo mismo un tema pertinente dentro de la disciplina de la Ciencia Política.
• En segundo término, las variables demográficas muestran una tendencia al desequilibrio entre la población en cuanto a criterios de género se refiere, y cada vez más la población femenina resulta sobrepasando en número a la masculina. Pero a más de la superioridad numérica, la población femenina en Colombia ha ido ganando niveles de educación y de acción laboral, a una muy alta velocidad. Esto hace pensar que el problema de la relación equitativa entre los géneros resulte cada vez más urgente.
• La garantía política de equidad o igualdad entre géneros no es sólo una preferencia política de un estado, sino que el orden internacional y las pretensiones de universalidad de los derechos humanos la imponen. Esta garantía se afianza crecientemente como uno de los indicadores de desarrollo humano, y constituye, por lo mismo, una obligación para todos los países que esperen reconocimiento dentro del orden internacional. Por tal razón ocuparse de los límites y resistencias a los que se enfrenta cumple una función política inmediata.