Detalles del proyecto
Descripción
El cambio climático – como elemento central de la crisis ambiental global conocida como Antropoceno – se consolida como uno de los desafíos más relevantes para la humanidad en el siglo 21. Tanto los efectos de los extremos climáticos cuanto las respuestas de gobernanza que demos a la problemática afectarán de forma decisiva la dinámica de los procesos sociales en todas las geografías y niveles de análisis. Así, desde los efectos de la variabilidad climática sobre la producción de alimentos hasta las consecuencias del eventual abandono de los combustibles fósiles alterarán relaciones económicas, sociales, políticas en todo el planeta, doméstica e internacionalmente.
En este marco, la región latinoamericana no escapa a la necesidad de prepararse para las variadas y complejas derivaciones de este fenómeno, tanto en términos de adaptación (respuesta a las consecuencias de los cambios en los patrones climáticos) como en términos de mitigación (reducción sistemática de Gases de Efecto Invernadero – GEI). Así, América Latina es una de las regiones más vulnerables del planeta al tiempo que representa alrededor de 8% de las emisiones globales (WRI-CAIT). Aún más, con la firma del Acuerdo de París en 2015, casi la totalidad de los países del mundo se ha comprometido – en grado variable e insuficiente para mantener la estabilidad climática – a tomar acciones para combatir el cambio climático.
A pesar de la creciente evidencia sobre la relevancia del problema, existe un vacío en la literatura de las Relaciones Internacionales (y ciencias sociales en general) en relación esta problemática para la región latinoamericana, particularmente sobre dos cuestiones fundamentales, una descriptiva: 1) ¿qué están haciendo los países de la región en términos de mitigación del cambio climático? y la otra causal: 2) ¿cuáles son los factores que inclinan a estas sociedades a aceptar o no pagar los costos de la transición hacia economías menos intensivas en carbono?; esto es, ¿qué factores son convergentes con mayores y menores niveles de compromiso climático?
Una primera respuesta a estas preguntas fue dada por este profesor en sus investigaciones doctorales y posdoctorales entre 2012 y 2018, con base en los casos de Argentina, Brasil, Colombia, México y Venezuela. Así, en relación a la inferencia descriptiva, fue posible concluir que:
Primero, el Brasil y México mostraron mayores niveles de compromiso climático, por el avance de las políticas nacionales y los compromisos internacionales de mitigación en el último decenio. En contraste, Argentina y Venezuela se encontraron en el extremo conservador de la muestra, con un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y casi ninguna acción de política climática relevante. Colombia se ubicó entre los dos grupos, combinando emisiones relativamente bajas con poco desarrollo de políticas climáticas.
Segundo, las políticas climáticas no tuvieron un impacto importante en la trayectoria de las emisiones de los países considerados en el período estudiado.
Tercero, incluso en los países más comprometidos, el progreso de las políticas climáticas ha sido limitado, enfocadas fundamentalmente en opciones de mitigación con menores costos económicos y políticos (Low-hanging fruits): control de la deforestación en Brasil y reemplazo del petróleo por gas natural en el sector de generación eléctrica en México.
Esta observación sugiere una hipótesis sobre una secuencia de políticas climáticas: un primer paso donde no existen políticas de mitigación específicas, un segundo paso donde las políticas climáticas se diseñan utilizando políticas sectoriales existentes que tienen impactos sobre las emisiones de GEI y bajos costos económicos y políticos, y un tercer paso donde se establecen políticas climáticas robustas y relativamente costosas. En esta categorización y para el período considerado, Argentina y Venezuela se encontraban en la fase 1, México y Brasil en la fase 2 y Colombia en transición de la fase 1 a la fase 2.
En relación a la inferencia causal, la comparación mostró que cuatro condiciones están asociadas con mayores niveles de compromiso climático en los casos analizados. En primer lugar, la presencia de un liderazgo climático; tanto en Brasil como en México, la agenda climática fue estimulada por una figura política relevante: la senadora y candidata a la presidencia en 2010 Marina Silva en el primer caso, y el presidente Felipe Calderón (2006-2012) en el segundo caso. En los casos negativos de Venezuela y Argentina, un liderazgo de este tipo estuvo ausente, mientras que en el caso colombiano con el presidente Manuel Santos (2010-2018) fue tímido. En segundo lugar, el perfil de inserción internacional del país, ya que los países más reacios a aceptar las reglas del orden liberal internacional -Argentina y Venezuela- mostraron menores niveles de compromiso climático en el período.
En tercer lugar, la percepción del costo-beneficio de las políticas de mitigación. En los casos positivos de la muestra, los gobiernos percibieron que opciones de mitigación ya exploradas podrían transformarse fácilmente en políticas climáticas (Fase 2), un proceso que llamamos empaquetado climático. Este fue el caso de Brasil con las políticas de deforestación en la Amazonía y la sustitución del petróleo por gas natural en el sector energético en México. Colombia también ha basado en esta lógica el incipiente desarrollo de las políticas climáticas, mientras que ni Argentina ni Venezuela han explorado este tipo de opciones. En cuarto lugar, la posición del país en el sistema internacional: Brasil y México, los mayores actores de la región en términos de economía y emisiones, presentaron los mayores niveles de compromiso climático en la muestra.
En la realización de esta investigación, la escasa literatura disponible sobre la cuestión, tanto en términos empíricos como teóricos y el carácter reciente de las respuestas climáticas de los países de la región, tornó esencial la necesidad de desplazarse para cada uno de los locales con la finalidad de hacer entrevistas y recabar documentos.
Así, el objetivo de este pedido de financiación es reunir información sobre casos adicionales en la región, Chile, Costa Rica y Uruguay. Como en los casos anteriores, y por razones similares, será necesario realizar entrevistas y recabar información documental en los tres locales. Las entrevistas, como en los cinco casos anteriores, serán hechas con especialistas en la cuestión del cambio climático de diferentes ámbitos: academia, burocracias estatales, sociedad civil y empresariado. Las preguntas estarán enfocadas en obtener el análisis de las personas entrevistadas en relación a la trayectoria de la mitigación y políticas de clima en el país, y sobre cuáles serían los principales factores más relevantes detrás de ese desarrollo.
La incorporación de tres nuevos casos tiene como objetivo principal comprobar la coherencia del marco analítico propuesto para los cinco casos iniciales. La selección de nuevos casos se basa en el hecho de que los tres países han hecho progresos significativos en la agenda del cambio climático en los últimos cinco años. En particular, Chile ha logrado avances relevantes en materia de eficiencia energética, además de ser una de las principales economías de la región; Costa Rica ha sido pionera en materia de descarbonización energética y protección de los bosques; por último, Uruguay ha avanzado rápidamente en la incorporación de energías alternativas -en particular la eólica- en su matriz de generación.
La prueba del marco analítico en los tres nuevos casos será triple, manteniendo las opciones metodológicas descritas anteriormente. Así, en primer lugar, analizará el nivel de compromiso climático de los nuevos casos, para ver qué posición relativa ocupan en relación a los cinco casos originales. En segundo lugar, se comprobará hasta qué punto la hipótesis sobre la secuencia de las políticas climáticas se aplica a los nuevos casos. Por último, se comprobará si los supuestos causales sobre los vectores del compromiso climático son aplicables a tales casos.
En este marco, la región latinoamericana no escapa a la necesidad de prepararse para las variadas y complejas derivaciones de este fenómeno, tanto en términos de adaptación (respuesta a las consecuencias de los cambios en los patrones climáticos) como en términos de mitigación (reducción sistemática de Gases de Efecto Invernadero – GEI). Así, América Latina es una de las regiones más vulnerables del planeta al tiempo que representa alrededor de 8% de las emisiones globales (WRI-CAIT). Aún más, con la firma del Acuerdo de París en 2015, casi la totalidad de los países del mundo se ha comprometido – en grado variable e insuficiente para mantener la estabilidad climática – a tomar acciones para combatir el cambio climático.
A pesar de la creciente evidencia sobre la relevancia del problema, existe un vacío en la literatura de las Relaciones Internacionales (y ciencias sociales en general) en relación esta problemática para la región latinoamericana, particularmente sobre dos cuestiones fundamentales, una descriptiva: 1) ¿qué están haciendo los países de la región en términos de mitigación del cambio climático? y la otra causal: 2) ¿cuáles son los factores que inclinan a estas sociedades a aceptar o no pagar los costos de la transición hacia economías menos intensivas en carbono?; esto es, ¿qué factores son convergentes con mayores y menores niveles de compromiso climático?
Una primera respuesta a estas preguntas fue dada por este profesor en sus investigaciones doctorales y posdoctorales entre 2012 y 2018, con base en los casos de Argentina, Brasil, Colombia, México y Venezuela. Así, en relación a la inferencia descriptiva, fue posible concluir que:
Primero, el Brasil y México mostraron mayores niveles de compromiso climático, por el avance de las políticas nacionales y los compromisos internacionales de mitigación en el último decenio. En contraste, Argentina y Venezuela se encontraron en el extremo conservador de la muestra, con un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y casi ninguna acción de política climática relevante. Colombia se ubicó entre los dos grupos, combinando emisiones relativamente bajas con poco desarrollo de políticas climáticas.
Segundo, las políticas climáticas no tuvieron un impacto importante en la trayectoria de las emisiones de los países considerados en el período estudiado.
Tercero, incluso en los países más comprometidos, el progreso de las políticas climáticas ha sido limitado, enfocadas fundamentalmente en opciones de mitigación con menores costos económicos y políticos (Low-hanging fruits): control de la deforestación en Brasil y reemplazo del petróleo por gas natural en el sector de generación eléctrica en México.
Esta observación sugiere una hipótesis sobre una secuencia de políticas climáticas: un primer paso donde no existen políticas de mitigación específicas, un segundo paso donde las políticas climáticas se diseñan utilizando políticas sectoriales existentes que tienen impactos sobre las emisiones de GEI y bajos costos económicos y políticos, y un tercer paso donde se establecen políticas climáticas robustas y relativamente costosas. En esta categorización y para el período considerado, Argentina y Venezuela se encontraban en la fase 1, México y Brasil en la fase 2 y Colombia en transición de la fase 1 a la fase 2.
En relación a la inferencia causal, la comparación mostró que cuatro condiciones están asociadas con mayores niveles de compromiso climático en los casos analizados. En primer lugar, la presencia de un liderazgo climático; tanto en Brasil como en México, la agenda climática fue estimulada por una figura política relevante: la senadora y candidata a la presidencia en 2010 Marina Silva en el primer caso, y el presidente Felipe Calderón (2006-2012) en el segundo caso. En los casos negativos de Venezuela y Argentina, un liderazgo de este tipo estuvo ausente, mientras que en el caso colombiano con el presidente Manuel Santos (2010-2018) fue tímido. En segundo lugar, el perfil de inserción internacional del país, ya que los países más reacios a aceptar las reglas del orden liberal internacional -Argentina y Venezuela- mostraron menores niveles de compromiso climático en el período.
En tercer lugar, la percepción del costo-beneficio de las políticas de mitigación. En los casos positivos de la muestra, los gobiernos percibieron que opciones de mitigación ya exploradas podrían transformarse fácilmente en políticas climáticas (Fase 2), un proceso que llamamos empaquetado climático. Este fue el caso de Brasil con las políticas de deforestación en la Amazonía y la sustitución del petróleo por gas natural en el sector energético en México. Colombia también ha basado en esta lógica el incipiente desarrollo de las políticas climáticas, mientras que ni Argentina ni Venezuela han explorado este tipo de opciones. En cuarto lugar, la posición del país en el sistema internacional: Brasil y México, los mayores actores de la región en términos de economía y emisiones, presentaron los mayores niveles de compromiso climático en la muestra.
En la realización de esta investigación, la escasa literatura disponible sobre la cuestión, tanto en términos empíricos como teóricos y el carácter reciente de las respuestas climáticas de los países de la región, tornó esencial la necesidad de desplazarse para cada uno de los locales con la finalidad de hacer entrevistas y recabar documentos.
Así, el objetivo de este pedido de financiación es reunir información sobre casos adicionales en la región, Chile, Costa Rica y Uruguay. Como en los casos anteriores, y por razones similares, será necesario realizar entrevistas y recabar información documental en los tres locales. Las entrevistas, como en los cinco casos anteriores, serán hechas con especialistas en la cuestión del cambio climático de diferentes ámbitos: academia, burocracias estatales, sociedad civil y empresariado. Las preguntas estarán enfocadas en obtener el análisis de las personas entrevistadas en relación a la trayectoria de la mitigación y políticas de clima en el país, y sobre cuáles serían los principales factores más relevantes detrás de ese desarrollo.
La incorporación de tres nuevos casos tiene como objetivo principal comprobar la coherencia del marco analítico propuesto para los cinco casos iniciales. La selección de nuevos casos se basa en el hecho de que los tres países han hecho progresos significativos en la agenda del cambio climático en los últimos cinco años. En particular, Chile ha logrado avances relevantes en materia de eficiencia energética, además de ser una de las principales economías de la región; Costa Rica ha sido pionera en materia de descarbonización energética y protección de los bosques; por último, Uruguay ha avanzado rápidamente en la incorporación de energías alternativas -en particular la eólica- en su matriz de generación.
La prueba del marco analítico en los tres nuevos casos será triple, manteniendo las opciones metodológicas descritas anteriormente. Así, en primer lugar, analizará el nivel de compromiso climático de los nuevos casos, para ver qué posición relativa ocupan en relación a los cinco casos originales. En segundo lugar, se comprobará hasta qué punto la hipótesis sobre la secuencia de las políticas climáticas se aplica a los nuevos casos. Por último, se comprobará si los supuestos causales sobre los vectores del compromiso climático son aplicables a tales casos.
Palabras clave
Artículo propuesto a publicación en journal Q1.
Finalización del manuscrito del libro sobre trayectorias y condicionantes del compromiso climático en los países de América Latina para el final del periodo de financiación (septiembre de 2020).
Finalización del manuscrito del libro sobre trayectorias y condicionantes del compromiso climático en los países de América Latina para el final del periodo de financiación (septiembre de 2020).
Estado | Finalizado |
---|---|
Fecha de inicio/Fecha fin | 6/1/21 → 7/11/22 |
Objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas
En 2015, los estados miembros de las Naciones Unidas acordaron 17 Objetivos de desarrollo sostenible (ODS) globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos. Este proyecto contribuye al logro de los siguientes ODS:
Fuente principal de financiación
- Fondos Concursables
- Fondos de arranque
Localización
- Bogotá D.C.
Huella digital
Explore los temas de investigación que se abordan en este proyecto. Estas etiquetas se generan con base en las adjudicaciones/concesiones subyacentes. Juntos, forma una huella digital única.