Nuestro lugar en el mundo. Filosofía de la vida en la ciudad contemporánea

El proyecto de la obra apunta a una profundización filosófica en los problemas de apropiación significativa existencial de nuestra imágenes, representaciones y experiencias del mundo, ya sea en la forma de universo y nuestra relación con la idea de naturaleza, en la forma de cosmos y nuestra relación con el lugar de la cultura en la historia del universo, o en la forma más mundana de mundo, como espacio de hábitat cosmopolita o como espacio de experiencia de la finitud y la soledad necesitada de sentido.
En este sentido, el proyecto constituye un aporte de fondo a la reflexión sobre lo que ha venido significando —desde la perspectiva existencial de los valores de fondo que orientan nuestros modos de ser humano— el vivir en una patria, el habitar un territorio o un hogar, el construir una comunidad o una ciudad, o el ser ciudadano del mundo. Con este proyecto se espera por tanto aportar las bases para facilitar no sólo la consideración significativa y la problematización de fondo de las ideas contemporáneas de patria, mundo, cosmos, territorio o ciudad, entre otras, sino también abrir los vasos comunicantes entre diversas visiones de mundo asentadas en distintas tradiciones culturales.
Se trata en definitiva de un aporte filosófico a la discusión trans-disciplinaria sobre las imágenes de fondo de nuestra condición espacial que permiten crear los espacios de sentido y de orientación en los que navegan nuestros modos de actuar cotidianos, la construcción de las realidades sociales y las acciones políticas contemporáneas.
La primera etapa del proyecto busca ahondar en nuestra experiencias, representaciones y construcciones simbólicas de los espacios de ciudad, a partir de la literatura, la filosofía y el arte contemporáneos que han pensado la ciudad del mundo de hoy, teniendo en cuenta las condiciones de posibilidad histórica de cada experiencia de ciudad, y desarrollando una fenomenología y hermenéutica de los espacios citadinos.
El proyecto tiene la clara intención de pensar un problema de nuestro tiempo, al que se han estado orientando tanto la filosofía como las ciencias sociales y humanas en las últimas décadas: el papel del espacio, el territorio y el lugar en la vida humana.

Tradicionalmente, en el campo político, esto se ha abordado desde la perspectiva geopolítica o la geográfica, indagando cómo la disposición del territorio determina el surgimiento y la manifestación del poder político.
Se trata, además, de una preocupación que atraviesa el corazón mismo de las Relaciones Internacionales, en la medida en que ésta última es, por ejemplo, una teoría del mundo político, que nos ofrece imágenes del espacio en el que vivimos como espacio internacional ordenado, con jerarquías y coordenadas, que terminan afectando nuestra vida y orientando nuestro pensamiento y nuestra conducta política.
En el campo político, el problema tradicional del lugar ha tenido que ver también, por ejemplo, con las nociones de territorio y patria, que afectan la idea de nacionalidad y de soberanía, que hoy en día están en cuestión y que merecen ser pensadas en un entorno político que aspira a una conciencia global y a una idea de ciudadanía global.
El proyecto se enfoca en su primera parte al propósito de pensar la experiencia del espacio urbano que tienen los habitantes de las ciudades contemporáneas. Esto por varias razones. La primera, porque el énfasis en la experiencia urbana tiene como propósito orientar la investigación hacia las temáticas propias del programa de Gestión y Desarrollo Urbanos de la Facultad de Ciencia Política y las líneas de investigación relacionadas, que requieren ser profundizadas, ampliadas y fortalecidas. La segunda, porque la descripción del fenómeno de la vida en la ciudades contemporáneas, hecha desde la perspectiva metodológica planteada en el proyecto, permite comprenderlas como espacios políticos que orientan nuestras vidas. La tercera, porque el concepto mismo de ciudad se enriquece al entenderlo como el producto de la experiencia significativa que sus habitantes tienen de ella, ayudándonos a entender que el territorio no es algo nunca independiente del modo como sus habitantes lo habitan.
El proyecto tiene un alcance adicional, al intentar pensar, desde la filosofía política, la importancia de nuestras imágenes del espacio en el que vivimos como símbolos de nuestras inquietudes existenciales, recuperando la vieja idea clásica de que la filosofía política no es otra cosa sino filosofía de la polis, esto es, de la ciudad. Y entendiendo que la ciudad misma es símbolo de nuestros proyectos de felicidad colectiva, que es lo que viene siendo la tarea de la política desde hace siglos.

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