Dolor en la Mujer

John Jairo Hernandez Castro

Research output: Book/ReportBook

Abstract

Para este libro fueron seleccionados algunos tópicos relacionados con el Dolor en la Mujer; no es posible abordar toda la temática, y con mucho pesar hemos dejado por fuera temas como lo pertinente a Violencia de género, que serán parte de otra obra en el futuro.

Vemos cómo en nuestro país vivimos ya la quinta década de violencia. En Colombia, país abatido por diferentes expresiones de agresión, se evidencia, tristemente, que está creciendo el maltrato contra la mujer; éste ha estado presente en toda la historia de la humanidad, pero solamente se consideró como un problema colectivo desde hace cerca de tres décadas.

En 1993, las Naciones Unidas adoptaron la primera definición internacional de violencia en contra de la mujer, la cual incluye “cualquier acto de violencia basado en género que tenga como consecuencia o que tenga posibilidades de tener como consecuencia, perjuicio o sufrimiento en la salud física, sexual o psicológica de la mujer, incluyendo amenazas de dichos actos, coerción o privaciones arbitrarias de su libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.

Para el año 2005 se publicó en Colombia que el 39% de las mujeres sufrieron agresiones físicas por parte de su compañero; el 85% de quienes alguna vez recibieron violencia física se quejaron de secuelas físicas o psicológicas, y actualmente una de cada tres mujeres está siendo maltratada por su compañero.

En la actualidad, la violencia contra las mujeres ocurre en todos los países y en todos los grupos sociales, culturales, económicos y religiosos. Según un informe del Banco Mundial, las violaciones y la violencia contra las mujeres suponen una pérdida del 5% de los años de vida saludables en edad reproductiva. A diario vemos en los diferentes medios de comunicación noticias relacionadas con este flagelo. El último día del mes de julio se presentaron los resultados de una investigación con mujeres desplazadas y se supo
que dos de cada diez se alejaron de su entorno como consecuencia de la violencia sexual a que eran sometidas.

El año pasado se dio a conocer la situación de mutilación genital en la población indígena Embera Chamí en Colombia. Esta noticia sacudió a muchas personas que creían que esto sólo sucedía en lejanas tierras africanas, pero es algo que ha estado presente en nuestro país, sólo que no se había mostrado a la luz pública. Cada 15 segundos una mujer es mutilada en el mundo.

Esta es la mutilación anatómica realizada para evitar placer en las mujeres, la cual nos preocupa; pero también debemos llamar la atención sobre el alto índice de disfunción sexual y dolor pélvico entre nuestras mujeres, especialmente aquellas de nivel sociocultural más bajo. ¿Estaremos ante la presencia de una “mutilación genital psicológica”?

¿Tendrá el dolor pélvico crónico profundas raíces en esa mutilación genital no anatómica que produce la “educación sexual” restrictiva, desinformada, “educando” con base en infundir miedo al sexo?

El llamado es para que como profesionales de la salud sigamos siendo partícipes de la promulgación de la educación sexual adecuada, mostrando la sexualidad del ser humano en su verdadera realidad. Al niño y al adolescente se les deben enseñar los aspectos positivos de la sexualidad, al igual que los potenciales riesgos de iniciar una vida sexual activa (gestaciones indeseadas, infecciones de transmisión sexual, VIH/SIDA), y estamos en la obligación de darles las herramientas para que ellos decidan, de forma responsable, si inician o no contactos sexuales, y en el momento de iniciarlos tengan la posibilidad de evitar riesgos.

Los profesionales de la medicina tenemos que insistir en la necesidad de explicar a nuestros pacientes las verdaderas consecuencias de un acto quirúrgico y desmitificar algunos conceptos erróneos; no es infrecuente oír que una paciente después de una histerectomía diga: “quedé vacía, hueca, sin matriz”, o luego de una cirugía de esterilización: “me ligaron las trompas y ya no siento
nada”. En algunas zonas del país denominan la ligadura de trompas como “la cancelación” y en otras “la desconexión”. Aún algunos médicos preguntan a sus pacientes “si están enfermas”, para referirse a la menstruación; seguimos hablando de situaciones “embarazosas” para referirnos a algo problemático, y por eso algunos preferimos usar el término gestación en lugar de embarazo.

Como los anteriores, existen muchos ejemplos para mostrar que quizá somos en algo partícipes de las alteraciones de muchas de nuestras pacientes, si no más severas y dramáticas que las de las mujeres sometidas a mutilación genital anatómica, por lo menos de iguales repercusiones, especialmente en lo referente a la esfera sexual.

Esperamos que este documento contribuya para que cada vez seamos mejores personas, mejores trabajadores de la salud, mejores defensores del derecho al alivio del sufrimiento.
Original languageSpanish
PublisherEditorial Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor
Number of pages22
ISBN (Print)978-958-44-4026-6
StatePublished - Jan 1 2008

All Science Journal Classification (ASJC) codes

  • Anatomy
  • Obstetrics and Gynecology
  • General Medicine

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